viernes, 9 de octubre de 2009

Fijando vértigos 6

EL TIGRE EN EL POEMA

EL TIGRE

Iba y venía, delicado y fatal, cargado de infinita energía, del otro lado de los firmes barrotes y todos lo mirábamos. Era el tigre de esa mañana, en Palermo, y el tigre del Oriente y el tigre de Blake y de Hugo y Shere Khan, y los tigres que fueron y que serán y asimismo el tigre arquetipo, ya que el individuo, en su caso, es toda la especie. Pensamos que era sanguinario y hermoso. Norah, una niña, dijo: Está hecho para el amor.

Jorge L. Borges

TIGRE

En la curva del salto
rujo
Vil cazador
aún no ha nacido el rey
que ha de contar mis manchas.

Yo estoy
dentro del bosque
dentro del tiempo.

Y él
afuera
temiéndome
sentado sobre mi piel.

Amelia Biagioni


EL ORO DE LOS TIGRES

Hasta la hora del ocaso amarillo
Cuántas veces habré mirado
Al poderoso tigre de Bengala
Ir y venir por el predestinado camino
Detrás de los barrotes de hierro,
Sin sospechar que eran su cárcel.
Después vendrían otros tigres,
El tigre de fuego de Blake;
Después vendrían otros oros,
El metal amoroso que era Zeus,
El anillo que cada nueve noches
Engendra nueve anillos y éstos, nueve,
Y no hay un fin.
Con los años fueron dejándome
Los otros hermosos colores
Y ahora sólo me quedan
La vaga luz, la inextricable sombra
Y el oro del principio.
Oh ponientes, oh tigres, oh fulgores
Del mito y de la épica,
Oh un oro más precioso, tu cabello
Que ansían estas manos.

Jorge L. Borges
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WILLIAM BLAKE ( 1757 - 1827)
Homenaje

EL TIGRE

Tigre, tigre, que relumbras
en la selva de la noche
¿qué mano inmortal, qué ojo
forjó tu aterradora simetría?

¿En qué abismos, en qué cielos
fulguraba la llama de tus ojos?
¿con qué alas alzó el vuelo?
¿qué mano retuvo el fuego?

¿De quién fue el hombro y quién el artesano
que retorció las fibras de tu pecho?
Y cuando ya vibraron tus tendones
¿de quién fueron las manos y los pies temerarios?

¿Con qué mazo y qué cadenas?
¿qué crisol fraguó tu cráneo?
¿cuál fue el yunque? ¿cuál el puño
que aprisionó la muerte y el espanto?

Y cuando las estrellas dispersaron
sus afilados dardos
y se cubrió la noche con su llanto
¿sonrió de ver su obra consumada?
¿el que formó el cordero te hizo a ti?

Tigre, tigre, que relumbras
en las selvas de la noche
¿qué mano inmortal, qué ojo
forjó tu aterradora simetría?

(Versión de Salvador Elizondo)
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PROVERBIOS DEL INFIERNO

En tiempo de siembra, aprende; en tiempo de cosecha, enseña; en invierno, goza.

Aquel que desea pero no obra engendra pestilencia.

Sumerge en el río a aquel que ama el agua.

Jamás se convertirá en estrella aquel cuyo rostro no irradie luz.

La Eternidad está enamorada de las obras del tiempo.

Del agua estancada espera veneno.

La abeja laboriosa no tiene tiempo para la tristeza.

Un pensamiento llena la inmensidad.


(De El Matrimonio del Cielo y el Infierno)
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La actitud de William Blake ilustra de un modo insuperable la dirección de la poesía y el lugar que ocupa al iniciarse nuestra época. Blake no escatima sus ataques y sarcamos contra los profetas del siglo de las luces y especialmente contra el espíritu volteriano. Von el mismo furor no cesa de burlarse del cristianismo oficial. La palabra del poeta es la palabra original, anterior a las Biblias y Evangelios. "El genio poético es el hombre verdadero... Las religiones de todos las naciones se derivan de diferentes recepciones del genio poético" (All Religiones are One, 1778). La misión del poeta es restablecer la palabra original, desviada por los sacerdotes y los filósofos. "Las prisiones están hechas con las piedras de la ley, los burdeles, con los ladrillos de la Religión. "Pero la sociedad que profetiza la palabra del poeta no puede confundirse con la utopía política. La razón crea cárceles más oscuras que la teología. El enemigo del hombre se llama Urizel (la Razón)... La verdad no procede dela razón , sino de la percepción poética, es decir, dela imaginación... Los grandes poemas de Blake no son sino la historia de la imaginación, esto es, de los avatares del Adán primordial. Escritura de fundación y profecía: lo que fue, será y está siendo desde toda la eternidad. ¿Y qué nos profetizan estas sagradas escrituras poéticas? El advenimiento de un hombre que ha recobrado su naturaleza original y que así ha vencido a la ley de gravedad del pecado. Aligerado de la culpa, el hombre de Blake vuela, tiene mil ojos, fuego en la cabellera, besa lo que toca, incendia lo que piensa. Ya es imagen, ya es acto. El poeta limpia de errores los libros sagrados y escribe inocencia ahí donde se leía pecado, libertad donde estaba escrito autoridad, instante donde se había grabado eternidad. El hombre es libre, deseo e imaginación son sus alas, el cielo está al alcance de la mano y se llama fruta, flor, nube, mujer, acto... El reino que profetiza Blake es el de la poesía.

Octavio Paz (El arco y la lira)
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William Blake nace en Londres el 28 de noviembre de 1757. A los 14 años entra como aprendiz de grabador en el taller de James Basire. Al terminar su aprendizaje permanece por un tiempo en la Royal Academy, instalándose luego por su cuenta. En 1782 contrae matrimonio con Catherine Boucher; al año siguiente aparece su primer libro de poemas Esbozos Poéticos, cuya publicación corre a cargo de sus amigos y protectores. En 1789 realiza los grabados para Canciones de Inocencia. La mayoría de sus libros fueron hechos manualmente por él mismo, que trabajaba las planchas, coloreaba las ilustraciones, imprimía el texto, en tanto que Mrs. Blake se encargaba de la encuadernación.
Entre sus principales obras: El libro de Thel, 1789; El matrimonio del cielo y el infierno, 1790; América (una Profecía); Visiones de la hija de Albion, 1793. Canciones de Experiencia, El libro de Urizen, Europa (una Profecía) 1794; El libro de Ahania y La Canción de Los, 1794; la parte primera de Vala o Los Cuatro Zoas, 1795. En 1800 se traslada al pueblo de Felpham (condado de Surrey.) Invitado por William Hayley, donde sufre y expone sus teorías sobre la Grandeza y lo Sublime en el Arte. En 1802 escribe la segunda parte de Los Cuatro Zoas. El fantasma de Abel y Laccoon, colección de aforismos, son de 1822. Blake muere el 12 de agosto de 1827. Un testigo escribe: “instantes antes de morir, tomó una beatífica expresión de serenidad. Los ojos le brillaron y empezó a cantar sobre las cosas que veía en el cielo”
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Iré con William Blake hasta el Monte de Géminis, allí donde hombres y mujeres tienen dos cabezas y sólo se ríe cuando ocurre algo triste, y hay dos soles y dos lunas.
Allí está tu alma.
Podemos reconocerla por un temblor amarillo.
Yo he visto el fantasma de una pulga, dirá Blake.
He visto a Dios vestido de blanco, he visto el funeral de un hada, su cuerpo tendido sobre una hoja. Veré su alma.
Durante la espera, veré los soles del amanecer y voy a comprender que siempre estarás en dos lugares. En uno de ellos quiero estar, diré a Blake. Y él dirá: No, esos temblores amarillos son ustedes dos. Aquí estoy sólo yo.
Y nadie, en el Monte de Géminis sabrá si llorar o reír.

Marcelo Pichón Riviere
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RECORDANDO AL POETA
ALBERTO GIRRI
(1919-1990)

PUERTAS ADENTRO

Como Blake con el tigre,
ante tu gato haces
caso omiso de uñas, lengua áspera,
poblados pelos largos,
estrías blancas,
pero das vueltas
en torno del apego, confusa
fraternidad,
ensayas la exigencia
de que ese vigor sea tuyo, el tuyo,
y de indagarlo
con monólogos, elusivos discursos
a un huésped no atento,
sin cooperar,
sin airadamente
estirarse significando que apenas
cerraste postigos, cortinas,
él ya captó:
a sus pies antipatías, infatuaciones,
prontuarios de la menuda hojarasca
que depositas,
que en la sagacidad animal
buscas disolver, tu apremio
por acertar con alguien
que se mantuvo único, arquetípico,
el par que te sostenga, te corresponde;

como Blake al tigre,
Poe al cuervo,
Basho a la rana,
sentándote a rogar
por la benigna, favorable unión
de los golpes de tu aliento, ansia fatigosa,
y la prescindencia de un libre, sin culpa.

Alberto Girri "es el artífice de un intelecto exasperado consigo mismo (o clasicismo exasperado)... Solicitado por una tradición a la que no puede volver, enfrentado por expresiones poéticas netamente irracionalistas, a las que no quiere ceder, ese intelecto se ve impelido a funcionar de otro modo."
Jorge Andrés Paita

"La poesía de Alberto Girri no propone el arrobo de una contemplación extática ni, como se ha dicho, el esfuerzo de descifrar un pensamiento trabado con demasiada premeditación. Su oferta es más sutil, y acaso más ardua: Girri nos invita a entrar en un laberinto de recelos y abominaciones que, desmintiéndose, crean una estrategia,
un aterrador equilibro entre dos vacíos. Desconfiemos de la poesía: la realidad está siempre más allá de la palabra. Desconfiemos de la realidad: el caos de apariencias que nos asaltan durante ese viaje en "tren fantasma" que es la vida sólo tiene sentido organizado en una lectura, en una construcción verbal... Nada menos cerebral, pues, que la pasión que ordena los episodios de la sintaxis de Girri (reiterativa hasta lo obsesionante) o que la peculiar arritmia con que los versículos breves y extensos alternan en cada poema suyo, remedando irónicamente las operaciones del discurso racional: círculos, espirales de una mente que delira con lucidez... Alberto Girri ha ido despojando su poesía de imágenes. Pero no ha cesado en su labor de transfigurar el mundo en una sintaxis de visiones que sin "explicar" ni el mundo ni al hombre, revelan súbitamente ese último vértigo en que ambos, sin reconciliarse, se anulan o se funden."
Enrique Pezzoni
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Alberto Claudio Blasetti

XVIII

El desmedro es una dalia desmejorada
y yo sigo preguntándome
muy cerca del espejo que la faz absorbía:
_ ¿Qué pasa en el olvido que nadie nos contesta?


XXIX

En cielos torneados donde pasan
fantasmas, efemérides, momentos,
en eso de la urna y de la alcoba
pequeño cuerpo en tránsito o discreta
manera de sumarse a la penumbra.


XLIII

El espejo tiene vasijas yacentes
con plata de elogio derramada,
aros de mediodía, palimpsestos,
moradas provisorias, arquitrabes.
Desde él nace el camino,
los empleos de la oscuridad.

Espejo:
disuasión persistente,
floración del riñón de la reina.
Si en tus residuos llega a quedar
un rostro vano, no tiembles, es el tiempo
que se está haciendo estrella.
De Arquitrabe y solsticio


Alberto Claudio Blasetti nació en Buenos Aires en 1923. Crítico literario, poeta, periodista. Su nombre figura entre los intelectuales del Quién es quien editado por la Universidad de Cambridge. Colaborador de “Le Journal des Poètes” de Bélgica. Obra poética: Arquitrabe y solsticio (1970), Ecuación con alondras (1972), Tadmor (1979), Clinamen; Las vetas del ágata; El esmalte del ruiseñor (1994), entre otros. En prosa: Indeterminación y Lenguaje; Breve Historia de la Literatura Contemporánea , Ed. Claridad, Bs. As., 1999; Trinos ocultos en la psiquis de cristal (1998); El Remero de los Ojos Azules (2000) Casandra, Buenos Aires; La dama
de las diosmas, (2001) Casandra, Buenos Aires.

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Hilda Mans

II

El mercadito de pulgas
huele a petróleo
y pescado frito

juncos para cestas y sillones
vaivén del puerto

Conecta nubes con agua
el motor de la Interisleña
entre astilleros mudos
bate alas el Río Luján
corroe
oscura mirada del tigrecito
Río Sarmiento
adelante
salpicadura
lancha
panza de diamante
lancha-lustre-violín
_ agua
que piensa
su curso_
violencia
amarilla
juego de ajedrez
intriga cada palabra-reina
muchachito

cae una estrella
de solo desear

oh la hondura!
remeros acompañan la vida


* * *

Aquí el jardín de los muertos
_ la madera
en el hombre _
pesa más que los huesos


aúlla perro negro
sombra del plátano
en calle de piedra


De Casa del alba, 1994

Hilda Mans nació en Buenos Aires. Poeta y artista plástica.
Libros publicados: Semilla de diagonal, Ed. Interlínea, 1973; Licencia al infinito, La Lámpara Errante, 1984; Pabellón de la memoria, Edit. El Caldero, 1992; De palma al cielo, Edit. Plus Ultra, 1993; Casa del alba, Edit. Plus Ultra, 1994.Danzar la luz,Plus Ultra 1996; Playa celeste,Catálogos Edit. 1997 y las plaquetas poemas dibujos, 1995; Poema de las Danzas, 1999.
Ha sido incluida en diversas antologías sobre poesía, entre ellas: ”Antología de la poesía argentina” selección de Raúl Gustavo Aguirre 1979;”Anuario de poetas argentinos”, selección J.Gianuzzi, F. Madariaga y C. Piña, 1989;“70 poetas argentinos”, 1970-1994, selección de Antonio Aliberti, 1994.
Sus poemas se publican en diarios y revistas. Presentó numerosas exposiciones de pintura y escultura. Realizó los dibujos de la carpeta Hilda en el país de las sirenas, con textos de Amadeo Gravino, Ed. El Caldero, 1993.

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Carlos Barbarito

Polvo sobre polvo en un Libro que vacila.
Queda el hueco y al fondo ¿todavía?,
Árboles cabeza abajo, aves cabeza abajo,
lluvias raras sobre naciones olvidadas,
una esfera rotando sobre su propia ebriedad,
su propia locura.
¿Y si voláramos, si duráramos siglos,
si encontráramos bajo la arena la palabra,
si diéramos con la fórmula, la llave?
¿Y si más allá, donde se concentran,
en un gran centro, todos los puntos de fuga,
nos penetráramos de lado a lado
sin sentir el más mínimo sufrimiento?


Se derrama, líquida, espesa
sustancia y todo,
incluso lo maldito, más secreto,
es su centro.
La periferia es otra cosa,
el milagro precario,
la pez sobre la herrumbre
sobre el óxido
sobre la palabra acacia
y cuanto ésta mide y designa.
¿De qué lado estamos
y en qué cansancio, qué rastrojo,
hacia qué suerte, Océano,
blasfemia, pudor, raza?
¿Por qué nos alejamos cada vez
rotos, dispersos,
y ni una flor pintamos en la madera,
ni un pobre corazón esmaltamos,
y no hay curso de agua en la tierra
al borde del que nos hayamos tumbado,
no a esperar la muerte,
a oír la gritería de las urracas?

Carlos Barbarito nació en Pergamino en 1955. Reside en Muñoz desde 1986. Es bibliotecario. Su obra comprende libros de poesía y de crítica de artes plásticas. Publicó: Poesía Quebrada, 1984, Teatro de lirios, 1985, Éxodos y trenes, 1986, Páginas del Poeta flaco, 1988, Caballos y otros Poemas, 1990, Parte de Entrañas, 1991, Viga bajo el agua, 1992, Bestiario de amor, 1992, Meninas, Desnudo y la Máscara, 1992. Los libros Puntos de Fuga y Casa de cadenas son difundidos por Internet. En crítica de artes plásticas editó: Acerca de las vanguardias Arte argentino siglo XX, 1990, Aizenberg, 2000.
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Enrique Blanchard

Mal informa una leyenda fundando los signos prístinos en el caparazón de una tortuga casi inmóvil. ¡De celeridad es todo lenguaje! Y fue en el Este enceguecido y en el plumaje variopinto del pájaro enigmático -supremo el despliegue de su undívaga capa en undísono océano- donde el fantasma mudo tuvo la revelación del símbolo. ¿Quién donó cárcel de luz a su aventura? ¡Coreutas!, si existe un mundo, existe en ese vuelo. Lar de la mar, de palma en el bravo espejo fractal. ¡Ese vuelo, coreutas, sin permuta posible!: completo el mundo no era su isla. ¡Y sin regreso!: de su isla expulsado, encierro es todo el mundo.



No profana cartas de suicida. Puja con las distintas muertes de su vida. Ahora llega del océano y del encierro. Y del encierro en el océano. Y del océano del encierro. Nombre siamés de nada: jamás. Ya no hay padres ni hay hijos. Sólo voces para la ilusión ajena. ¡Máscara alguna oculte el vacío! Va por el oblicuo duelo, su paga de hasta nunca. El muñeco es huésped de ausencias. Y el hombre de cubierta tiene a las nubes por familia.



Si hay una voz hay una comunidad fantasmal. ¡Ser el jardinero de un silencio! ¡El plantaflor de un vacío eterno! Cada historiador produce un caso de óptica: solo alcanza la visión de lejos. ¡Industrial agónico este artesano que manufactura el manco aullido en su fraseo! En su derredor el tiempo inocuo y acorralado es por el sonsonete inicuo. Piruetas y tumbos para el deseo. No debería sorprendernos que parte de su biografía se haya reducido a peregrinos incordios con los imprenteros. Oriente altivo, sus dorados párpados negados: conoce hasta los tuétanos la zozobra que el signo prístino padece. Sin embargo, una tormenta verbal sucedida por detritus de susurros fue su suerte alguna vez. ¡Un omnipotente Otro que no conociese la tinta de ocultar! El infinito del deseo. ¡El bucle imposible del deseo! Hilo que se babea: gusano. Vuelve. Y del polvo será otra vez. Do un sucesivo celar de ser lo haga volar. Murciélago o lepidóptero. Cuando lar polvo y silueta sean él. Que quiso ser.

De Escenas en las estaciones terminales

Enrique Blanchard (Buenos Aires, 1944- 2001) Publicó: El fantasma y su límite, Silueta de polvo, El distraz del cuerpo (1982), Función del ventrílocuo, Ídolo de niebla (1984), Reo de Redes (1986), Figura de cera, El locutor físico (1989), Retrato de Antifaz; Gaucho concreto; Guascalia o el éxtasis esquimal (1990), Desnudo de espectro (1991), Escenas en las estaciones terminales; Viajero de una mano (1994), Physicus Loquutor-Libro Uno- El fantasma y su límite (1995), Physicus Loquutor -Libro Dos- Función del ventrílocuo (1997). Dirigió desde 1985 la editorial de poesía Nuevo Milenio.

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Alejandro Schmidt

29. la difunta

con cinta de ajo y cascabeles
la madre superiora
ató sus tobillos de palo

sentimos así
la melodía y el aroma

que provoca la fantasma en los pasillos del
patronato.


43. la muñeca del ventrílocuo

yo hablaba para los mesones vacíos
hablaba para que se elevaran burbujas en el silenciamiento
mi voz era finita y guardaba el puñal de las canciones.
el Hombre lloraba siempre acariciando mi trenza de estopa
me abrigaba
de soledad.


44. el ventrílocuo

dos noches olvidó guardarla en la valija de latón.
y el salón del hotelito reverberó de gritos.
para hacerla callar se clavó un vidrio mágico en el vientre.


Alejandro Schmidt nació en Villa María, Provincia de Córdoba. A manera de folletos, plaquetas y libros ha publicado 23 textos de poesía, entre ellos: Clave Menor (1983) Serie Americana (1988) Dormida Muerta o hechizada (1993) El Diablo entre las rosas (1996) En un puño oscuro (1998) Como una palabra que pudiste decir (1998) El Patronato (2000) al que pertenecen los poemas seleccionados,Silencio al fondo (2000) Dirigió la revista de divulgación literaria El gran dragón rojo y la mujer vestida de sol (1987-1991) Desde 1992 dirige Radamanto, editorial de poesía
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Silvia Mazar

Mi lugar blanco móvil tigre de Bengala
viento Zonda
pulso metro urgencia deslucida
tiempo pequeño cáscara de nuéz

luz al costado del camino

mi lugar pincelada de amarillo
luto por el canario muerto pétalo
de rosa color té encuentro
cuatrocientos veces mi lugar

Silvia Mazar. Nació en Buenos Aires. Publicó: Amuletos (1989); Otras son de arena (1990). Algunos de sus poemas integran muestras publicadas en México y Caracas; también fueron recopilados en Antología del Empedrado (1996); El seleccionado pertenece a la plaqueta Poemas (2001).
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Marta Rotonda

LAS DOS LUNAS

No es esta luna, no, no es esta luna
de arrullo junto al mar orilla abrazo
pero luna de sospechas y de tragedia,
de ramas pisoteadas, de rojo heridas.

Luna tan otra pero la misma
compinche de los exilios de la alegría.
Mientras lobos devoran mazapán de su círculo
yo, que ayer fantaseara tu luz de almíbar,
en tu menguante hoy bebo leche de hielo.

Florido está el mandala de la rosa.
Su aroma arroja un mensaje escondido.
La cruz se espina desgarro en cuaternario
y dibuja en la carne sus estigmas.

Mientras allá arriba la luna, la luna mira.
Quizás la luna mala. Tal vez, la luna amiga.

Marta Rotonda. Nacida en Mar del Plata. Radicada en Buenos Aires desde 1961.Profesora en Letras egresada de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (1968) Sus poemas forman parte de numerosas antologías de poetas nacionales. Ha publicado: Versos con aire de familia Editorial Tres + Uno, Buenos Aires, 2000. Ha recibido numerosos premios. El poema reproducido era inédito.
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UN ADIOS (PROVISORIO) A NICANDRO PEREYRA (1914-2001)

por Rodolfo Alonso

El jueves primero de marzo, a la una y media de la madrugada, se nos murió en su casa porteña un legendario argentino del Norte, Nicandro Pereyra. Había nacido en la entrañable Santiago del Estero, el mismo año fatídico en que se abatió sobre Europa la primera guerra mundial.
Pero se radicó desde muy pequeño en Tucumán (“He sido niño en Tucumán, y ahí me hice hombre”, decía en un reportaje de 1967), y aunque nunca dejó de sentirse raigalmente ligado al terruño donde vio la luz, no es menos cierto que en Tucumán lo alcanzaron los acontecimientos fundacionales de su vida. Allí lanzó en mayo de 1943 el primer número de su hoja literaria Tuco, que de algún modo se entrevera para él (según la misma entrevista), con el nacimiento, un año después, de aquel hondo y fecundo movimiento de La Carpa, que iba a despertar las potencialidades hasta ese momento acaso amodorradas de la poesía y la cultura toda de nuestro Noroeste.
En esos tiempos de siembra y de aventura, junto a personalidades luego tan relevantes como María Adela Agudo, Raúl Galán, Manuel J. Castilla, Julio Ardiles Gray, Raúl Aráoz Anzoátegui, y otros amigos como Sara San Martín, Omar Estrella, Eduardo Joubin Colombres, Julio Víctor Posse o su recordada Alba Marina Manzolillo, entre otros, su domicilio tucumano de Suipacha 484 fue uno de los distintos puntos de encuentro en “que intercambiamos ideas y vidas”. ¿Cómo asombrarse entonces de que Tucumán aparezca explícitamente aludida en varios de sus títulos: Primera zafra (1949), Coplas del cañaveral (1952), ¡Tucumán, Tucumán! (1981)? ¿Pero cómo olvidar, tampoco, y siempre al mismo tiempo, que el último libro publicado, ¡en el año 2000!, por quien ya había sabido presentarse cabalmente (“¿ Por qué seré tucumano/ siendo que soy santiagueño”? ), fuera nada menos que La Mama Antula, esa silipiqueña memorable, singular figura colonial que todavía perdura en el imaginario de sus comprovincianos?
Tal vez con fingida inocencia, Borges se preguntaba alguna vez: “¿Qué morirá conmigo?”. Para contestarse de inmediato, como al pasar, tras otras dos bellas enumeraciones de momentos imborrables: “la voz de Macedonio Fernández”. Junto con la memoría viva de Nicandro Pereyra se han ido, sin duda, momentos esenciales del arte y la cultura nacional y regional. Pero nos queda su palabra. Y es allí donde podemos sentirlo renacer y, con él, renacernos.
La primera impresión (inusitada en estos tiempos) que hoy produce releer su poesía, es bien de gozo. No sólo por reencontrarnos allí con el viejo don de lenguas, con un oído capaz de convertir a su lenguaje en instrumento flexible y armonioso, de buena ley. Sino también porque lo que Nicandro Pereyra manifiesta a lo largo de primeros pasos, es un legítimo señorío del lenguaje, la presencia -latente, tocante- de una palabra encarnada, hecha evidencia, vigente, donde alientan a la vez los altos dominios que alcanzó nuestro idioma en los gloriosos tiempos del Siglo de Oro español (“ Que tibia vienes, sombría” ), junto con los veneros más límpidos y activos de nuestras tradiciones populares argentinas.
Allí relumbran, dentro de una corriente por lo general sostenida con honradez, esos cabales momentos en que cada lector capaz vendrá a sentirse íntimamente, personalmente convocado. Para mi gusto, si se me permite, no es tal el caso de las piezas más ambiciosas, más programáticas diría, sino precisamente el tramo corto, aquel que aparenta fluir de improviso, al paso, allí donde el decir se cuaja en su instante preciso, el más revelador y el más intenso, no por casualidad ligado en forma sentida con las más arraigadas experiencias (de infancia y suelo, por ejemplo) del autor. Son piezas donde, lo que tampoco ha de ser casual, el lenguaje se vuelve inescindiblemente uno con su decir -tonada incluida- y lo que dice, con su belleza y con el acontecer que tal vez le dio origen, que fue su desencadenante, pero todo sublimado en la carne viva del poema logrado, palpable. Y que no necesita, claro que sólo en apariencia, ni complicaciones ni alambicamientos para alcanzar al mismo tiempo la gravedad y la gracia. Como en esas cristalinas Coplas del mocito, a la vez leves e indelebles: “Cuando el lapacho venga / rosa y rosado / me hallarás en el río / con mi caballo. // Cuando la zafra Ilegue / con las vidalas, / verdes serán tus ojos / como las cañas. // Al galope, al galope, / viene el mocito / con la guitarra negra / y el pañuelito.”
Suntuosidad de lo ineludiblemente imprescindible, lujos de algún recato, sensualidad bien asentada en un pudor, esta riqueza -que no es sólo verbal- sabe de dónde viene (el mismo autor lo dice, claramente: “Verlaine, Heine, Gil Vicente, Antonio Machado, Lorca”. Y también sabe qué la sustenta: “ una ley de candor” . Cuando no, y bien flagrante:“la inocencia de los olvidados” , si es que no el puro furor a que obliga la injusticia. ¿Qué más necesita “quien se alumbra de lluvias”? ¿Qué más, aquel que supo sentirse, y decirse, tan milagrosamente hecho verbo a la vez en su lengua y en su medio, nada menos que “orillitas del temblor” ?
Cuando figuras de este porte resultan silenciadas o, lo que aún es peor, ninguneadas en su propio contexto, lo que anda mal no son ellos, que han dejado abiertos y disponibles todos sus tesoros, sino la sociedad en que se insertan. Y cuyo olímpico, progresivo desprecio por los más altos valores de la cultura y del espíritu, no es más que el síntoma flagrante de su propia decadencia. Pero voces como la de Nicandro Pereyra seguirán estando siempre allí, ofrecidas, nutrientes, generosas, para cuando las sociedades se despierten.


Rodolfo Alonso (Buenos Aires, 4 de octubre de 1934) fue el miembro más joven del grupo nucleado alrededor de la legendaria revista argentina de vanguardia "Poesía Buenos Aires” (1950-1960). Publicó: Salud o nada , (1954) Buenos vientos (1956) El músico en la máquina (1958) Duro mundo (1959) El jardín de aclimatación, (1959) Gran Bebé (1960) Entre dientes (1963) Hablar claro (1964) Hago el amor (1969) Guitarrón (1975)Señora Vida (1979) Sol o sombra ( 1981) Alrededores (1983) Jazmín del país (1988) Música concreta (1994); más de 25 libros propios, la mayoría de poemas pero también de ensayo y narrativa. Fue el primer traductor al castellano de los cuatro heterónimos de Fernando Pessoa (1961); difundió ampliamente a los modernistas brasileños en América Latina y España. Tradujo también a numerosos autores de otros idiomas: Giuseppe Ungaretti, Cesare Pavese, Marguerite Duras, Gillo Dorfles, Paul Eluard, Eugenio Montale, etc. Antologías de su obra poética fueron publicadas en Bélgica, España, México, Colombia y Francia. Entre otras distinciones nacionales e internacionales, en 1997 obtuvo el Premio Nacional de Poesía por su obra “Música concreta”. Sus últimos libros publicados son “Antología poética” (Fondo Nacional de las Artes, 1996) y los ensayos de “Defensa de la poesía” (Editorial Vinciguerra, 1997). Este mismo sello publicó al año siguiente “Los demonios del amor”, de Guillaume Apollinaire, cuya traducción y prólogo le pertenecen. La editorial francesa L´Harmattan publicó a fines de 1999 en París su antología bilingüe “Elle, soudain”, con selección, traducción y prólogo de Fernand Verhesen.
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Cristina de Berbari

Sombra
de hoja de asfódelo
territorio donde
la Reina Mab
pasea
mientras en torno
su séquito
—redecillas de tul—
caza vértigos.

Lo fantástico
no es asunto
de otro mundo

aquí
ahora
ante el bisbiseo
de las palabras
fija vértigos
la tinta
de mi bolígrafo.

* * *

La estrella radiante en Libra
nos impulsa
a enviar señales

nos incita a un juego
de latidos con Cupido.
Sedienta mi voz
aaroja flecha:
mensaje
—en plegado papel pajarilla—
poema.

Me astilla
en cristales
la estrella en Libra;
de luz cereza
torno
a blanca luz
y estallo
madura baya.
Debajo de mi vestido
arde el verano
Máxima incandescencia.

Duele
en mis pezones
tu mirada

(de la Plaqueta "Incandescencia", Buenos Aires, primavera de 2001
que acompaña a este número de la revista Fijando vértigos.
)
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Eduardo Dalter

Dios por acá
anda borracho
no puede tolerar
tanta bolsa sucia
al viento.
Con caña encima, barba,
pantalón colgando
de su diosidad
raída.
No puede tolerar
verse
en el fondo
de los ojos
de las gentes
que bajan del tren
con bultos
y changos torcidos
del mercado.
Anda suelto por acá,
pirado
de tristeza elemental,
platónica.
El universo
es infinito,
el tiempo eterno,
parece decir Dios
queriendo
convencerse
en vano,
entre las bocas
baldías
y las miradas
de tormenta.



Baba del diablo
al viento,
que viene combada,
alta, altísima,
por sobre el riachuelo
y el zinc
de los techos.
Baba que cruza
y se va
o que cae
lentamente
y se desbarata
entre los cardos
y las calles
de tierra
y pedrusco.
Blanca, finísima
baba
que hace mirar
otra vez
hacia arriba,
hacia el horizonte,
hacia algún lado.

De “Bocas baldías”

Eduardo Dalter nació en Buenos Aires en 1947. Poeta e investigador cultural. Autor, entre otros poemarios de Silbos (1986), Aguas vivas (1993), Mareas (1997) N.Y. Postales para enviar a los amigos (1999),Bocas Baldías (2001). Parte de su obra fue incluida en antologías y en destacadas publicaciones del continente. Desde 1994 dirige Cuaderno Carmín.

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Norma Padra


Neptuno recoge las lágrimas
de amor de una sirena.
Desgarrando almas va el viento
que un día se llevó a Pablo.
Ese que habita en nosotros,
ése que fue amanuense
de los cantos de Eros,
en las caracolas de mar.
Nada se lleva el tiempo
cuando amamos,
sólo quedan sus huellas
como presagio de una fuerza
inexplicable y extraña.

Norma Padra. Nació en Bs. As en 1947.Directora fundadora de la revista Papirolas de arte y literatura. Profesora de artes plásticas. Traductora de inglés y portugués. Textos poéticos de su autoría se difundieron en diarios y revistas de la Argentina, Brasil, Chile, Perú, España. Portugal, Venezuela. Antología: Grupo Presencias y en Antología de Brasil. Publicó varias plaquetas. Libro inédito: Entre brillos y penumbras, de próxima aparición. Fue coordinadora de talleres de escritura, lectura y pintura. El poema transcripto forma parte de la plaqueta Filigranas.
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Lina Caffarello


LOS TRINOS

El límite es la piel.
Encallecida por los golpes,
por palabras,
y la andanada incontenible,
incontenida,
de injurias
que buscan sepultarnos.

El límite es la piel.
Hacia adentro, sordos pájaros
saludan la mañana,
limpian sus alas dibujándoles el vuelo,
y alertan al tigre soñoliento,
que otra vez tendrá que desgarrarse
para permanecer enteros.

Lina Caffarello nació y se educó en Buenos Aires. Es pintora y fotógrafa artística. Ha participado en varias antologías, entre ellas Piel de Sueños,1997, en homenaje al escritor italiano Antonio Tabucchi, quien la conceptuó gratamente. En 1999 integró la delegación argentina para la II Bienal de Oralidad y IV Coloquio Teórico, realizados en Santiago de Cuba. A su regreso, esta delegación produjo la antología Cuando salí de Cuba , mayo de 2000, en reconocimiento a los poetas y escritores de ese país. Varios de sus poemas han aparecido en publicaciones nacionales y extranjeras. El poema elegido pertenece a la plaqueta En Órbita.
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Cristina Villanueva

CUENTO SIN HADAS

BarbaAzul y su cuartito secreto.
El polvo sin regreso de Hansel y Gretel
Y todo tan al sur.
La Bella enamorada de la Bestia
Con su uniforme de gala,
Tan, tan tan, cómo decir tanto.
Cuartito ya no azul.
Cenicienta sin siquiera cenizas de los huesos.
Blancanieves a los pies de los soldados en el hielo
Ogros y Brujas del Reino del “no te metás”
Y “algo habrán hecho”.
Volver al sur,
al antes del cuartito,
a las posibles maravillas de lo humano.
Después es como si un bosque.
Dolor de todo.
Y siempre tan al sur.
Frontera, tango.



APENAS UN POEMA

En su regazo cristales algebraicos
descifran las señales.
Nombres de un jardín inabarcable.
El cielo acaba de abismarse,
sobre la extranjera.
Vestigios,
memoria de lo por venir,
balbuceos.

Cristina Villanueva nació en Buenos Aires. Estudió en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA Licenciatura en Psicología. Escribe poemas y cuentos cortos. Obtuvo premios. Participó en programas de radio leyendo sus poemas y en Cafés Literarios. Publicó en diversas antologías y revistas. Tiene en preparación un libro de poemas Pajaritos en la Cabeza. Es también una Cuentacuentos. Forma parte del grupo de narradores orales “Contá Conmigo”. Ha participado en encuentros de narradores nacionales e internacionales y coordinó por segunda vez la delegación argentina que participó en la Bienal de Oralidad de Santiago de Cuba. Recientemente recibió el Primer Premio Poesía en el concurso organizado por la revista Redes de Papel que dirige Carlos A. Margiotta.
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Rolando Revagliatti


RESCÁTESE

Que lo último sea apaciguar una clave

Rescátese del contubernio ceslestial
nuevo suscriptor
infiera nuestro tapete

Entre amasados ladrillos
(como la fortuna se amasa)
la carrera de los ángeles
cronometrados por un funebrero

Pase a la mortalidad
(acopio de mortalidad.)
nuevo suscriptor
o adherente
ofrézcase

Hay lo que busca
en el cuerpo

Promesas
mortales
en su mazo.

Rolando Revagliatti Buenos Aires, 14-4-45. Fue actor y director teatral. Coordinó cafés literarios y talleres de escritura. Narrativa y poesía de su autoría se difundió en publicaciones periódicas de toda América y Europa. Y se tradujo parcialmente a varios idiomas. Libros publicados: Dramaturgia: Las piezas de un teatro, 1991. Narrativa: Hstorietas del amor, 1991; Muestra en prosa, 1994. Poesía (entre 1988 y 2001):Obras completas en verso hasta acá.; De mi mayor estigma (si mal no me equivoco); Trompifai; Fundido encadenado; Tomavistas; Picado contrapicado; Leo y escribo; Ripio; Desecho e izquierdo; Propaga.
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Julio Aranda

LA RED ÚLTIMA

Una red
tendida sobre el tiempo.
Sobre esa red,
otra
y sobre las dos
una mirada hamacándose
en un hilo de tu sangre.

¿En dónde está tu camisa de piel,
tu corbata de uñas,
el anillo arrancado del último
cabello?

Una red sobre otra
y sobre las dos,

un hombre muerto.

Julio Aranda nació en Buenos Aires, en 1961. Integra el Consejo de Redacción de la Revista de Literatura `Tamaño Oficio´. En 1999 obtuvo el Primer Premio en el Certamen de poesía organizado por Gente de Letras. En junio de 2000 integró la antología Memoria del olvido, editado por Botella al Mar. En setiembre de 2000 publicó Agudo pico el del pájaro oscuro, poesía, (colección cuadernos editado por Gente de Letras.
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Reseña de Obra Poética

Lo definitivo por Rodolfo A. Alvarez
Ediciones del Árbol, Buenos Aires, 2001. Arte de tapa: Pablo Becker.

Porque "es tarea del poeta ponerle voz a la mirada de la gente", en este decimotercer libro, Rodolfo A. Alvarez nos sumerge en una realidad más intensa y dolorosa que la visible. Sin duda, Lo definitivo es un poemario que deja su marca a fuego. Su decir auténtico (pienso en el canto del pájaro modulando su verdad) alcanza un ritmo peculiar en esa encantadora unión donde convive el verso neobarroco con un lenguaje coloquial en el que el diminutivo logra un agudo toque íntimo. Sus temas -hombre, cielo, palabra- se nutren más aún cuando entra en el juego de los opuestos: vida-muerte, palabra-silencio, olvido-memoria. Cuestionándose, el poeta expresa: "... pero al decir algo/ extraño decir lo que callo/ porque cuando hablamos/ siempre callamos/ y callando del todo/ decimos/ -siempre siempre- algo al menos." Y también: "...La vida es lo que pasa/ barajados en esta alta marea/ ... y no vinimos a pescar alguna cosita para ir/ tirando/ vinimos a parar el barajeo/ a desplumar la nada/ a descubrir jugar en el jardín que existe/ pero amiguitos/ hacerlo cuesta la vidamuerte. " Ante tantos desgarramientos hay uno que lo tironea con fuerza en su adentro y entonces se entrega plena, sinceramente: "país/ o pantano hecho a pertenecer,/ do la marea es la luz/ de suave destrucción// ante el insomnio sueño que me sueña/ país, otro realismo,/ duermo insomne y tarde utópico derrotado/ como el faisán/ ante la evidencia/ del fusil definitivo." No obstante, a pesar de "la evidencia" el suyo es un camino de luz ante el insoslayable turno: vida-poesía.
Cristina de Berbari
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Mori Ponsowy


CARTA CONVENIO

Hace doscientos cincuenta mil años
un hombre señaló un árbol y dijo,
un arroyo de agua fría y dijo,
más tarde a sí mismo y dijo.

Una noche vio las estrellas.
Asombrado, guardó silencio.

Llovió al final de una sequía sin fin
y entonces el hombre agradecido
dijo “Dios”.
Pero el silencio siguió siendo

el idioma de los idiomas.
El silencio de los caracoles,
de las hojas verdes en primavera
abiertas al sol.

Y aquí estoy yo, Señor, pretendiendo
escribir, queriendo entender
las creencias de nuestro clan,
el migrar de los alces,
los panales, su geometría.

No hay sonidos
para explicar el alma.
Todo cuanto puedo hacer es sentir
la tibieza del sol en mis brazos, escuchar
el canto del somormujo, dejarme ganar
por la redondez de las piedras.


ENEMIGOS AFUERA

¿Cómo escapar
de las garras del tigre
si la hierba del prado
lastima su piel?
¿Cómo seguir la caza del ciervo
si el calor de la tierra
quema sus pies al andar?

¿Reza? Llora.
No tiene garras, ni pelaje, ni cuernos.
Carece de gracia, armadura, vuelo.
Sólo un cerebro.
Mil cuatrocientos gramos
alumbrarán un universo entero.
Stonehenge y Atenas.
Jerusalem, Armenia y Sarajevo.

Pero todavía es pronto: El tiempo acaba de empezar.
En la cueva que ha calentado
hay un bisonte trazado en la pared.
Una melodía suave viene de las sombras,
las palabras aún están por nacer.

Mientras tanto, junto al fuego,
un perro decide dormir.

De Enemigos afuera

Mori Ponsowy nació en Buenos Aires. Ha vivido en Perú, Venezuela y Estados Unidos. En 1986 recibió una Mención de Honor en el Concurso de Cuento Venezolano celebrado en homenaje al Año Internacional de la Paz. En 1990 ganó la beca Fulbright para seguir un doctorado en Ciencias Políticas en la Universidad de .Nueva York. Su libro, Enemigos afuera, recibió una Mención de Honor en el concurso del Fondo Nacional de las Artes de la Argentina correspondiente al año 2000. Actualmente vive en Buenos Aires.
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CICLO DE POESÍA “JULIO HUASI”
29 de agosto / Presentación de Fijando Vértigos






En el marco del Ciclo de Poesía”Julio Huasi” que tiene lugar todos los miércoles de 2001 en el Bar Cultural “La Maga de Flores”, se presentó el nº 5 de Fijando Vértigos. El evento, que convoca a lectura programada con poetas invitados en cada reunión, micrófono abierto y presentación de revistas literarias y culturales, cuenta con la coordinación general de Rolando Revagliatti; coordinadora adjunta, Griselda García y colaboradora permanente, Alicia Gallegos. En la reunión nº 21 leyeron sus poemas Marta Rotonda, Cristina Villanueva, Cristina de Berbari y Norma Padra.
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"El que no me entienda, tampoco entenderá el rugido del tigre.” Aimé Césaire
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Libros recibidos

Arquitrabe y solsticio-Alberto Claudio Blasetti. Saeta, Buenos Aires, 1970.
Bocas Baldías -Eduardo Dalter. Ediciones del Nuevo Cántaro, Buenos Aires, 2001.
Casa del Alba- Hilda Mans. Editorial Plus Ultra, Buenos Aires, 1994.
Colorido Vitral - Ergoto de Bonaero. Ediciones Dice quien anda,Buenos Aires,2001
El Patronato- Alejandro Schmidt -F. Rübenacker (ilustró) Llanto de Mudo Ed.,Córdoba, 2000.
Enemigos afuera -Mory Ponsowy, Ediciones del Copista, Córdoba, Argentina, 2001.
Hombres en Sepia - Michou Pourtalé, Nuevohacer Grupo Editor Latinoamericano, Bs As, 2000.
Interpares -varios autores, Ediciones Papeles de Coghlan, Bs As. 1993.
La dama de las diosmas- Alberto Claudio Blasetti, Casandra, Buenos Aires, 2001
La quinta estación- Susana Cattaneo, Ed. La Luna Que, Buenos Aires, 2001
Limpio de espera -Ana Caballero, Ediciones de la Sociedad de los Poetas Vivos, Bs As, 1998.
Lo definitivo -Rodolfo A. Álvarez, Ediciones del Árbol, Buenos Aires, 2001.
Me lo pedía el corazón - Esteban Charpentier, Editorial Echarper, Bs As. 2001.
Propaga - Rolando Revagliatti, Libros del Empedrado, Buenos Aires, 2001.
Puntos de Fuga - Carlos Barbarito. Libro difundido vía Internet.
Sangre Sonora - Rodolfo Castro, Ediciones Publikar, Buenos Aires, 1999.
Sex Espiritual - Cristina Siri, Edic. Aql. Buenos Aires, 2001.
Una langosta en la casa invisible - Marcelo Juan Valenti, Viajeros de la Underwood Ed., Arg.1999

Revistas recibidas

Algo que leer Nº Dir Luis Alberto García ,Villa Martelli, Buenos Aires
Amaru Revista Literaria Nº 32 Dir Juan Carlos Gimenez, Lanús, Buenos Aires
Círculo Mitre Nº 112 y 113 Dir Dante Bustos, Azul, Buenos Aires
Diario de los Poetas Nº 8 Dir Marisa Cuello, Buenos Aires
Ecos en Palermo Nº 121, Buenos Aires
El Suburbio Nº 7 , Luján Buenos Aires
Huasi Nº 13 Dir. Rolando Revagliatti, Buenos Aires
La Brocha Nº 183 Dir Magnus Blikstad, Gijon, España
La Luna Que Nº 32 Dir Ricardo Rubio,Lomas del Mirador, Buenos Aires
La Pared Edit.Rosana Dimuccio, Buenos Aires-
Nueva Avenida Dir. Sergio Romano, La Plata, Buenos Aires
Pickwick Nº 3, Dir Flavio Casella, Monza, Italia
Pluma libre y desigual Nº 43 Dir. Fernando Mombiela, Zaragoza, España-
Redes de Papel Nº 73 Dir. Carlos A. Margiotta Bs.As
Repertorio Latinoamericano Nº 125 Dir Francisco R.Bello, Vicente López, Buenos Aires Sensibles del Sur, varios números vía internet, Ernesto Bavio, Bariloche, Neuquén Vientos de tinta Nº 34 y 35, Dir Gerardo Diego, Buenos Aires.

Cuadernos, carpetas y plaquetas recibidas

Alguien llama. Carpeta de Poesía Argentina. Vicente Muleiro y otros Ed. Radamanto, 2001
Azul Eclipse. Gabriela Delgado. Colección Papirolas Nº 22 Buenos Aires.
Como una palabra que pudiste decir. Felipe Aldana. Plaquetas del Herrero Villa María 1996.
Crece el silencio. Antonio Ramíres Fernández. Colección “al-manar”, Sevilla, España. Sm/f.
Choque. Jim Sagel. Plaquetas del Herrero. Villa María, Córdoba. 1997.
Filigranas Norma Padra. (Plaqueta) Ed. Papirolas
Iacyr, Rolando & Asoc. 2ª y 3ª parte.Rolando Revagliatti- Iacyr Anderson Freitas. 2001
Lolitas. Amadeo Gravino. Plaquetas del Herrero. Villa María, Córdona. 1999.
Macrocosmo. Susana Arévalo. Plaquetas del Herrero. Villa María, Córdoba, 1998.
Poema de las Danzas. Hilda Mans. Plaquetas del Herrero. Villa María, Córdoba,1999.
Poemas. Julio Aranda. (Plaqueta) junio de 2001.
Serás un recién llegado. Héctor Javier Belecco. Cuadernillo Lluvia de Viderio. 2ª ed, Azul,2001
Tomavistas. Rolando. Revagliatti. Carpeta de Poesía Ed. .Recitador Argentino Bs .As. 2001.
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Fijando vértigos nº 6 se editó en papel en el mes de febrero de 2002

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